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Dios como Creador vs. Dios como Energía: Diferencias Fundamentales en el Concepto de Divinidad


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¿Alguna vez te has preguntado quién es realmente Dios? En el mundo de hoy, lleno de creencias diversas y sistemas filosóficos variados, la definición de Dios ya no es tan clara como antes. En las religiones tradicionales, especialmente en el monoteísmo, Dios se percibe generalmente como un Creador personal, un ser todopoderoso que creó el mundo de la nada, estableció el orden moral y finalmente regresará para juzgar a los vivos y a los muertos. Este es el Dios que creó a Adán y Eva, insuflándoles vida en el Jardín del Edén. Es el mismo Dios cuya imagen ha dominado la imaginación humana durante milenios, despertando tanto miedo como esperanza.


Sin embargo, con el desarrollo de la ciencia, la filosofía y la espiritualidad, ha surgido otro concepto de Dios – Dios como Energía. Este no es un Creador personal con barba, sentado en un trono en los cielos, sino una fuerza omnipresente e invisible que lo impregna todo. Este Dios no juzga ni castiga, sino que actúa según la ley de la atracción – una gravedad espiritual que atrae hacia nosotros aquello en lo que nos concentramos. La idea de Dios como Energía es más abstracta, pero también más acorde con la comprensión moderna del universo.


Dios como Creador: Un Arquetipo Tradicional de la Divinidad


Comencemos con el concepto tradicional de Dios, cuyas raíces se remontan a la antigüedad. Ya en Mesopotamia, alrededor del 4000 a.C., surgieron las primeras concepciones de Dios como creador del mundo. Sin embargo, fue en el judaísmo, alrededor del siglo XII a.C., donde se desarrolló la idea de un único Dios todopoderoso – Yahvé, quien creó el mundo en seis días. La tradición judía describe a Dios como una entidad trascendental y personal, que se relaciona con los humanos – elige, bendice, castiga y recompensa.


Con el desarrollo del cristianismo, especialmente después del Concilio de Nicea en el año 325 d.C., la imagen de Dios se consolidó aún más. Dios Padre, Creador del cielo y de la tierra, se eveló en la historia a través de Jesucristo y el Espíritu Santo, formando la Santísima Trinidad – uno de los dogmas más complejos del cristianismo. Este Dios, que creó a Adán y Eva, también es el Dios que juzgará a la humanidad al final de los tiempos – una visión que encontramos en el Evangelio de Mateo (25:31-46) y en el Apocalipsis de San Juan.


Dios como Energía: Espiritualidad para una Nueva Era


Ahora pasemos a la concepción moderna de Dios como Energía. Este concepto ganó popularidad especialmente en el siglo XX, con el desarrollo de los movimientos New Age y el resurgimiento del interés por el misticismo y la espiritualidad en un contexto científico. Bajo la influencia de filosofías orientales como el hinduismo y el taoísmo, los pensadores occidentales comenzaron a ver a Dios no como una entidad personal, sino como una fuerza que lo impregna todo – una energía presente en todo y que actúa de acuerdo con leyes universales.


Uno de los conceptos clave en esta visión es la ley de la atracción, que ganó una inmensa popularidad gracias al libro y la película “El Secreto” de Rhonda Byrne, publicados en 2006. Esta ley sostiene que nuestros pensamientos e intenciones tienen el poder de atraer hacia nosotros ciertos eventos y cosas. Según esta concepción, Dios no es un ser separado, sino una energía omnipresente que responde a nuestras oraciones a través de la resonancia de nuestras intenciones con las leyes universales del universo.


Por qué es Importante esta Distinción


Estas dos imágenes de Dios – como Creador y como Energía – aunque aparentemente contradictorias, a menudo se confunden en las instituciones religiosas modernas. Combinarlas permite a las iglesias generar miedo (a través del concepto de juicio y castigo) y mantener el control sobre los fieles (a través de las promesas de salvación y castigo por los pecados). Sin embargo, comprender la diferencia entre ellas puede llevar a una vida espiritual más profunda y consciente.


¿Significa esto que debemos rechazar una de estas concepciones? No necesariamente. Es más importante comprender las consecuencias de cada una de ellas. Ya sea que veamos a Dios como un juez todopoderoso o como una energía responsable de nuestra felicidad y desgracia – esta decisión es fundamental para nuestro viaje espiritual.


Invitación a una Exploración más Profunda


En los próximos artículos, profundizaremos en la historia para ver cómo estas dos concepciones fueron fusionadas por las instituciones religiosas y cómo esto ha influido en el desarrollo de la espiritualidad. Te animo a suscribirte y a unirte a mí en la exploración de estos fascinantes temas que podrían cambiar para siempre tu perspectiva sobre Dios y la espiritualidad.


Que este post sea el comienzo de tu viaje hacia una comprensión más profunda de la divinidad y del lugar que ocupa en tu vida.

 
 
 

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